Una vez llega la industralización a Puerto Rico la casa se convierte en un modelo a copiar. Aunque éstas cumplen con los requerimientos necesarios para que el usuario pueda vivir, carece de carácter estético y de sensibilidad. A la clase media trabajadora se le impone este modelo de casa. Esto, al no contar con los ingresos necesarios para contratar arquitectos. Cada persona posee unas necesidades y unos gustos distintos a los de otros. El reflejo del mismo debe estar vigente en su espacio de vida. Jennifer Rivera habla sobre la “receta estandarizada” de la casa de urbanización y recalca cuan importante es la creación de un espacio para los rituales del que la habite, más allá de conformarse al modelo típico de “caja de fósforos” que mira críticamente.

 El edificio está diseñado de modo que pueda ser reproducido en distintos solares del área metropolitana. Éste cuenta con cuatro viviendas unifamiliares. De esta forma intenta densificar el lote de urbanización. No solo se provee más vivienda para la sociedad, también se hace mejor uso de esos terrenos. Del mismo modo, propone un sistema de paredes que pueden ser modificadas a favor de las necesidades de cada individuo. Dependiendo de dichas necesidades es la secuencia del espacio y el uso que se le da. En el interior del complejo, provee un espacio amplio para un huerto casero que servirá de área para generar ingresos y alimento para ellos mismos. Este espacio también ofrece la oportunidad para confraternizar y crear vínculos entre las familias. Rivera también menciona la idea de crear espacios para el comercio, “traer la ciudad a la casa” para disminuir el uso del automóvil en las carreteras y concentrar los ingresos en la comunidad donde habitan. En general, la idea evoca un espacio libre para el habitante. Un espacio propio y característico de ese ser. Es una mirada al espacio doméstico que busca romper con la vivenda tradicional de clase media. Es una solución al espacio propio tan anhelado.

Once industrialization reaches Puerto Rico the house becomes a model to copy. Although they meet the necessary requirements for the user’s needs, they lack aesthetic character and sensitivity. This model home is imposed on the middle class workers. This happens because they do not have the necessary income to hire architects. Each person has necessities and different tastes, and the reflection of these must be present in their domestic space. Jennifer Rivera talks about the “standardized recipe” of a typical urbanization house and emphasizes how important it is to create a space for the rituals of the user who lives it, far from the typical model of “match boxes” that she looks at critically.

The building is designed so that it can be reproduced in different sites in the metropolitan area. It consists of four single family houses. This way she attempts to densify the urbanization lot. Not only does it provides more living spaces for society but also makes a better use of those terrains. Also, she proposes a system of walls that can be modified according on the needs of each individual. Depending on those needs, it’s the spatial sequence and the use. Inside the complex, she provides a large space for a home garden that will generate income and food for themselves. This space also offers the opportunity to fraternize and create links between the families. Rivera also mentions the idea of creating spaces for trade, “bringing the city to the house” to reduce car use on the roads and concentrate income in the community where they live. In general, the idea evokes a free space for the inhabitant. A unique and characteristic space for that being. It is a new way of seeing the domestic space as one that aspires to break with the middle class traditional living space. It is a solution to the long-awaited own space.